miércoles, diciembre 05, 2007

A quién devela DIOS sus misterios?

Estimados lectores:

a los que nos consideramos cristianos así como a otros creyentes en DIOS sabemos que el mundo que EL ha creado está lleno de misterios, lleno de cosas que no podemos entender por mucho que llevemos años y años intentándolo aún con la mejor de las intenciones y con el mayor de los esfuerzos e interés. Esto mismo ya es un misterio porque por lo visto no basta con tener la predisposición y hacerlo mejor posible para poder saber algo que es trascendental y por lo visto todo o parte de todos estos misterios no se sabrán a menos que DIOS quiera que lo sepan solo aquellos a quienes EL ha elegido a su manera y no a la manera que el mundo cree que es correcto. Quizás estos hermanos han sido elegidos para que sepan de la existencia de estos misterios divinos y para que las puedan entender del modo que DIOS quiere que los entiendan según su revelación divina y quizás lo hace además para que estos elegidos (muchos quizás seres que no son consciente de que lo que saben es un misterio para los demás, se sientan ellos invitados a usar tales conocimientos y dones para ayudar a aquellos que realmente lo necesitan y a quienes DIOS quiere ayudar expresamente a través de ellos.

En este sentido he encontrado un excelente mensaje que me ha sido enviado y que era justo lo que hace días andaba tratando de encontrar para poder relacionarlo a lo que estamos comentando.

Esto contrasta con lo técnico y denso y aparatoso como el contenido que se puede leer en algunos libros tales como "las claves de Enoc" (no confundir con el tradicional Libro de Enoc que está en http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Enoc ni el de http://es.wikipedia.org/wiki/Segundo_Libro_de_Enoch ) sino uno de la nueva era de Hurtak(ver http://www.clavesdeenoc.org/ ). Que notable diferencia. Ojo!

Aquí lo comparto con Uds.

Saludos y que estén muy bien
Michel
esiomajb@gmail.com
Edición: 05/12/07

Revelación del Padre a los pequeños
Fuente: Catholic.net
Autor: P Juan Pablo Menéndez

Lucas 10, 21-24: "En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron». "

Reflexión:

La euforia reina en los comentarios, en los rostros de los discípulos tras su exitosa misión. Jesús los recibe y parece también Él contagiarse de la alegría con que lo celebran. No es solamente un triunfo humano. Es ante todo el reconocimiento del don de Dios que en aquellos hombres sencillos se ha prodigado abundantemente para transformarles en heraldos, en testigos y anunciadores de su mensaje. Y son ellos, gentes sin formación, los que llegan a conocer tal misterio, pues como dijo san Pablo: “Hablamos de una sabiduría de Dios misteriosa, escondida (...) desconocida de todos los príncipes de este mundo.(...) Si alguno entre vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio, para llegar a ser sabio (...) pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios” (1Cor 3, 18-9).

Da que pensar el hecho de que a lo largo de más de 4000 años de historia Sagrada, los personajes que Dios ha escogido para anunciar a los hombres sus mensajes, hayan sido, por lo general, gentes sencillas y sin instrucción. En muchos casos eran apocados o tímidos, también mujeres virtuosas aunque a simple vista débiles. La historia de los pastores como José, el hijo pequeño de Jacob, y el mismo David, el rey, parece repetirse cuando la Sma. Virgen María escoge a las personas más sencillas para revelar sus mensajes. La historia de san Juan Diego y la Virgen Guadalupana, las de los pastorcillos de Fátima, o la de Bernardette en Lourdes son sólo algunos casos. Y esto no es por pura coincidencia, sino testimonio de la coherencia de los planes de Dios. La sencillez conquista y “subyuga” a Dios. Él se enamora de las almas humildes y simples.

Él devela sus secretos y su misterio sólo a los sencillos de corazón. Como lo hizo en María y como lo ha hecho a lo largo de todos los siglos. También quisiera hacerlo en nuestra oración de hoy y de cada día, contando con nuestra colaboración.

..........Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre, reza hoy el 5o. día de la Novena a la Inmaculada Concepción

Ver
http://es.catholic.net/aprendeaorar/688/2097/articulo.php?id=14576

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